La salida de la UE de Reino Unido (conocida popularmente como Brexit) comporta una serie de aspectos negativos para la economía de los países que mantienen relaciones con este país. España, en este sentido, no supone una excepción.
De hecho, hay que destacar que en los últimos años se estaba experimentando un florecimiento sustancial de las relaciones comerciales entre España y Reino Unido. No en vano, Reino Unido constituye el 5º mercado para las empresas españolas, el cual alcanza un 7 % de sus exportaciones anuales. Estas exportaciones, asimismo, habían sido clave para aliviar la disminución del consumo interno asociada a la crisis que atravesó España desde 2008.
Por otro lado, las pymes (pequeñas y medianas empresas) representan un porcentaje mayoritario de los negocios españoles. Por lo tanto, huelga decir que estos pequeños y medianos emprendedores son los que experimentan una mayor exposición a las consecuencias negativas del Brexit. Las limitaciones en la libre circulación de personas (también de bienes y servicios) y el disfrute de una serie de derechos vinculados a la pertenencia a la Unión Europea acabarán, además, por suponer disfunciones impropias de un mundo cada vez más globalizado.
¿Cómo perjudica el Brexit a las pymes españolas?
En primer lugar, hay que destacar que la devaluación de la libra pone en cuestión las inversiones a realizar en Reino Unido (y viceversa). De hecho, se abre una época de cierta incertidumbre respecto a los costes de determinados procesos y transacciones. No cabe duda, además, de que esta inseguridad jurídica y económica afecta a las inversiones de quienes son poco dados a correr riesgos inoportunos. Proveedores, clientes y bancos, por citar tres ejemplos paradigmáticos, tendrán que evaluar la creciente incertidumbre que genera la nueva coyuntura.
En la línea de la comentado, el sector que a buen seguro se verá más afectado es el turismo. Uno de cada cuatro turistas que vienen a España es británico, pero la pérdida de poder adquisitivo (correlacionada con la depreciación de la libra esterlina) y algunos derechos (asociados a la permanencia en la Unión Europea) desincentivará los viajes de estos visitantes, que también son clave para sectores como la hostelería.
En líneas generales, los perjuicios para el PIB británico tendrán repercusión en las economías de los países que han mantenido vínculos con Reino Unido, por lo que habrá que planificar alternativas para mitigar los efectos de este impacto. Por otro lado, una de las consecuencias negativas que ya se han podido observar es la caída de las bolsas.
No hay que olvidar tampoco que existen empresas españolas con grandes intereses y una importante implantación en Reino Unido (por ejemplo, Banco Santander), por lo que la incidencia del Brexit en su volumen de negocio va a ser indudable.
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