El hecho de que tu trabajo no sea estimulante, o que tu jefe sea un auténtica pesadilla, o tus compañeros sean unas malas personas y te hagan la vida insoportable, son los principales motivos por lo que muchas veces, nos tiramos a “piscinas vacías”. Ya que hemos alimentado la idea, de que dejarlo todo y emprender nuestro negocio es la mejor salida para tener calidad de vida, y olvidarse de estos inconvenientes de jefes odiosos, compañeros insoportables y trabajos sin valor personal.

Aunque sean razones de peso, no puedes saltar, no de momento. Tienes que dejar las emociones, y trazar un plan, buscar unos manguitos que te hagan flotar y no romperte la cabeza, que es lo que suele suceder muchas veces en el fondo de esa piscina vacía. De ese deseo por abandonar y crear una nueva razón de ser.

 

Coge papel y lápiz, para contestar estas preguntas.

  • ¿Cuál va a ser tu negocio y a quién va dirigido?
  • ¿Cuánta gente necesita lo que vas a vender?
  • ¿Vas a portar algo nuevo al mercado o serás otro más?
  • ¿Le interesa a la gente?¿Por qué?
  • ¿Es vendible y visible tu idea en el basto mercado de la oferta y la demanda?

Cuando tengas claros estos cinco puntos, volvemos a sentarnos y a estudiar como ejecutar ese negocio. Confirma que tu idea es viable:

  1. Económicamente.
  2. Interesante o con un nicho potencial de clientes.

tu negocio propio

Para ello tendrás que formarte lo máximo posible, esto no quiere decir, que tengas que pasar años y años estudiando, donde más se aprende es desde la experiencia y revelándote a la realidad. Pero elige cursos, formaciones, masters de calidad, que te enseñen justo lo que quieres. Enfoca tu tiempo en tu negocio casi como una obsesión de aprender el qué y cómo de todo los que necesites saber de tu nuevo plan de negocio (y de vida). Muchas veces, nos pre-paramos demasiado y el tiempo se nos acaba. Un novelista, debe dejar de leer para ponerse a escribir. Hay que ejecutar las ideas y saber discernir cuando la información es “suficiente” para embarcarnos a ella.

No tengas prisa. No idealices. Trabaja duro para tu gran salto a una vida mejor. No pienses en la suerte de unos y de otros, o la tuya propia. Es tan estúpido como pensar que si hoy sales a la calle te vas a encontrar 20 euros. Puede suceder, claro, pero no cuentes con ello. Conciénciate que ahora que has decidido retomar las riendas de tu vida laboral, te espera un duro trabajo de estudio.

Por último, y no menos importante, durante el desarrollo de tu idea, no pongas el dinero como motor y finalidad de todo tu trabajo. Está claro que queremos ganar dinero para poder vivir. Pero no ha de ser el camino, no al menos al principio.

Has de volcarte de lleno, en que tu servicio sea el mejor, o tu producto sea realmente de calidad, y que las personas que contraten tus servicios o compre tus artículos, se vean satisfechas. Eso es la mejor publicidad de todas las que existen, y lo que te traerá más flujo de dinero. Cultiva tu fama, crea tu marca. Y no tomes al consumidor por tonto.

Sin embargo, si solo piensas en cómo ganar dinero a costa de los demás, o busca las artimañas para maximizar tus ganancias sin importarte lo demás, puedes que ganes dinero, pero al final, las cosas caerán sobre su peso, y tu negocio solo será algo fútil y perecedero. No será interesante para nadie, ya que nadie quiere ser engañado, y por su puesto dejará de ser viable económicamente y al final estarás en el punto de donde empezaste o peor.

 

 

 

Un comentario en «El gran salto de tu vida: tu negocio»
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