Pamesa denuncia en un duro comunicado “la insostenible situación actual” y manda varios mensajes al Gobierno.

Las empresas españolas están al límite por los precios de la energía y las políticas del Gobierno de Pedro Sánchez. Compañías como Pamesa o Saica se están viendo forzadas a parar su producción ante la sangría de pérdidas que están provocando los desorbitados precios de la energía.

Azuliber es uno de los principales productores de arcilla atomizada del país, un material que se usa para fabricar azulejos. Esta compañía, propiedad del grupo valenciano Pamesa, ya ha comunicado el “cese total” de su producción “como consecuencia de la insostenible situación actual, ocasionada por los elevados precios del gas, a lo que debemos unir la incertidumbre regulatoria”, señala en un comunicado al que ha tenido acceso Libre Mercado.

Que el Gobierno haya dejado fuera a la cogeneración de las compensaciones por el tope del gas hace inviable su negocio, según la propia empresa afectada. Azuliber forma parte de la industria cogeneradora española, que son fábricas grandes consumidoras de energía que albergan en sus instalaciones pequeñas centrales productoras de luz y calor para disminuir el coste de sus onerosas facturas. Esa energía la usan para tratar los alimentos o secar el papel o las planchas de los azulejos que comercializan después. También la venden a terceros.

Según la Asociación Española de Cogeneración (Acogen), la fórmula que ha elaborado la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, para implantar la polémica excepción ibérica está paralizando dos de cada tres de las 600 plantas que forman parte de la industria cogeneradora española. Esto significa que 400 fábricas ya han paralizado sus plantas generadoras en España, aunque pueden seguir funcionando comprando la energía en el mercado, por lo que eso no significa que esas 400 fábricas hayan dejado de producir.

“Pero esto es el paso previo a la parálisis total de la producción” alerta el presidente de Acogen, Javier Rodríguez. “Estamos ante una crisis industrial sin precedentes” añade.

Rodríguez denuncia que “ahora mismo, nuestras fábricas están trabajando a pérdidas y se debaten subir los precios de sus productos o parar. Con esos precios de la energía, es la crónica de una muerte anunciada”. Y cada vez son más las que paran.

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