John W. Henry es un ejecutivo multimillonario de EEUU que no sabe muy bien qué hacer con su dinero. Es dueño del equipo de los famosos Red Sox de Boston (el eterno rival en Baseball de los Yankees de Nueva York) y del mítico periódico Boston Globe. Además, hace más de 10 años decidió adquirir uno de los clubes de fútbol europeos con mejor trayectoria en la Champions League con 6 título, el Liverpool FC, sumido hace una década en una grave situación financiera y deportiva. Pero la pregunta es ¿Qué hace un americano preocupándose por un equipo de fútbol europeo? O soccer, como ellos lo llaman.
En los primeros años todas las inversiones cayeron en saco roto. No fue hasta el año 2015, cuando decidió aplicar el método matemático estadístico a la política de fichajes del club. La idea es parecida a la que se desarrolla en la película Moneyball: rompiendo las reglas, ambientada en las Grandes Ligas de béisbol americanas. En esta película, Brad Pitt encarna a Billy Beane, manager general de los Athletics de Oakland, quien en 2002 revolucionó el universo del béisbol al aplicar métodos estadísticos a la política de fichajes, dejando a un lado las percepciones subjetivas de los clásicos ojeadores. Un sistema frío, científico, calculado (similar a los fundamentos en los que se basa el Big Data), pero que acabó triunfando la larga.
Al final de esta película, el propio John W. Henry intenta fichar a Billy Beanepara sus Red Sox. Sin embargo Beane rechazaría el sueldo más alto jamás ofrecido a un director general deportivo, lo que no impidió que John W. Henry copiase la idea y la aplicara al béisbol y a su equipo de soccer europeo, el Liverpool.
En el año 2015, el Liverpool FC, decidió recurrir a un modelo matemático diseñado por un físico de la universidad de Cambridge, para elegir un entrenador adecuado (la computadora designó a Jürgen Klopp), así como los mejores jugadores posibles dentro del presupuesto. Gracias al trabajo de un equipo de analistas expertos, comenzaron a fichar a los jugadores más idóneos para cada posición según diversos criterios algorítmicos, intentando eliminar de la ecuación elementos aleatorios o distorsionadores (tales como los gustos personales o las opiniones subjetivas de sus ojeadores). Pasadas solo cinco temporadas, el Liverpool es el actual campeón de Europa y su plantilla una de las más valiosas del mundo.
La inversión realizada es de apenas 260 millones de euros, que aunque pueda parece una barbaridad, es poco más de lo que pedía el pasado verano 2019 el Paris Saint Germain al FC Barcelona por el regreso de Neymar. El equipo matemático contratado por el Liverpool, a cargo de Ian Graham ha recomendado en las últimas temporadas los fichajes de Salah (42 millones), Mané (41), Firmino (25), Alisson (73) o Van Dijk (84), columna vertebral del Liverpool, considerado a día de hoy, el equipo más fuerte de Europa.
Como dato curioso, uno de los inversores más beneficiados por este cambio de estrategia ha sido la estrella de la NBA LeBron James, quien años antes del éxito del Liverpool (2011) decidió convertirse en accionista minoritario con un 2% de la propiedad del Liverpool FC. LeBron invirtió un total de 6.5 millones de dólares que el año pasado, tras la consecución del título de Champions League, multiplicaron su montante hasta cinco veces, llegando a sobrepasar los 32 millones.